martes, 24 de abril de 2012

Interim management, el talento independiente


En los últimos años, la figura del interim manager ha ido poco a poco introduciéndose en la esfera empresarial de nuestro país. Esta modalidad de management, que podría traducirse como “directivo interino”, hace referencia a directivos senior con una gran experiencia en gestión empresarial que se incorporan a una compañía por un tiempo determinado y con una misión muy concreta, normalmente urgente y no necesariamente negativa.

Esta misión puede ir desde el lanzamiento de un nuevo producto a la sustitución temporal de un directivo en plantilla, una fusión, un reflotamiento, un plan de reducción de costes, un cierre, una gestión de crisis, etc.
Entre las ventajas que aporta este modelo, destaca el hecho de no tratarse de un coste fijo, sino variable. Pero, además, es muy valorada la rapidez de incorporación (en contra de la larga espera que puede suponer contratar a un directivo en plantilla en otra empresa), la transparencia de costes, la eficacia, la rentabilidad, la objetividad, la incorporación de nuevos conocimientos y el nivel de compromiso e implicación del interim manager.

Normalmente, gracias a su experiencia previa acumulada, el interim manager llega a cada uno de sus nuevos encargos con una serie de habilidades y conocimientos nuevos para la empresa. Además, al no formar parte de la plantilla, son como “brisa fresca” para la compañía que los contrata y se espera de ellos objetividad a la hora de tomar decisiones, basadas solamente en la necesidad de alcanzar los resultados esperados.
El interim manager aporta, además, una serie de valores añadidos que él mismo se encarga de reforzar, ya que de las referencias obtenidas en cada uno de sus emplazamientos y de la consecución de los objetivos encomendados en cada ocasión dependerá su futuro profesional. 

Se trata de un concepto nacido a finales de los setenta en los Países Bajos y que cuenta con gran arraigo en países anglosajones como Reino Unido y Estados Unidos. En Alemania, donde este modelo está también muy implantado, el interim management fue el sistema utilizado por la agencia alemana de privatización tras la reunificación en 1989 para llevar a cabo la reestructuración de las empresas antiguamente propiedad del estado en la parte oriental. 

Es posible que la situación de crisis esté agilizando la proliferación de este tipo de contratación en España, pero está claro que no se trata de un fenómeno pasajero. Primero, porque, precisamente, la crisis está cambiando las relaciones entre candidatos y empresas, y, segundo, porque cada vez son más las organizaciones que valoran las ventajas de esta modalidad de contratación.

El auge del interim management en nuestro país da una vuelta de la tuerca al término “temporalidad”, tan denostado en ocasiones por sus connotaciones negativas. Hoy, el trabajo temporal ya no se vincula a trabajadores no cualificados ni tiene porqué ser algo negativo si se ajusta a las necesidades de la empresa y de los propios candidatos, para los que puede suponer una ventaja el trabajar en proyectos nuevos y diferentes, una mejora de la calidad de vida al elegir cuándo y dónde se quiere trabajar y, en algunos casos, incluso una mayor remuneración. Se trata, además, de una posible vuelta al mercado laboral para directivos senior que han visto cómo su carrera profesional se estancaba con la llegada de la crisis.

Redes sociales, nueva vía de información sobre candidatos


Las redes sociales han revolucionado el mundo laboral, también en el campo de la selección, que las ha acogido principalmente como fuente para ampliar información sobre los candidatos. Un estudio llevado a cabo recientemente por Reppler, empresa que monitoriza las redes, lo confirma: el 91% de los responsables de selección las utilizan para informarse sobre los candidatos a sus ofertas de empleo. Las redes usadas más habitualmente para complementar la información sobre los candidatos (y muchas veces también sobre los propios empleados) son Facebook, LinkedIn y Twitter. Un 76% de las compañías acude a Facebook para conocer sus relaciones personales e intereses; un 53% busca en Twitter, que ofrece información sobre opiniones, gustos y orientaciones del futuro empleado, y un 48% hace uso de la red profesional por excelencia, LinkedIn. Los datos del estudio son el resultado del análisis de más de 300 entrevistas a profesionales de los Recursos Humanos en empresas estadounidenses sobre la importancia de las redes sociales en el proceso de selección de personal.

Otra de las conclusiones que puede extraerse del estudio es que los responsables de Recursos Humanos dedicados a la selección utilizan de forma prioritaria las redes de tipo más personal, como es el caso de Facebook, frente a las orientadas a lo profesional, como LinkedIn. Lo que indicaría una preocupación por conocer el perfil personal del candidato más allá de la información curricular, de la que ya disponen los seleccionadores.

Según este mismo estudio, el 69% de los encuestados ha rechazado a un candidato después de revisar sus perfiles en las redes y las causas que provocan este rechazo son (por orden de importancia): mentir sobre sus cualificaciones, publicar comentarios negativos sobre antiguos empleos y publicar fotos o comentarios inapropiados.

Por el contrario, una proporción casi igual de los encuestados (el 68%) han contratado a un candidato sobre la base de su presencia en esas redes. Entre las cuestiones que los reclutadores valoran están: transmitir una sensación positiva de su personalidad y su adecuación a la organización, mostrar un perfil creativo y buenas referencias publicadas por terceros.

Estos datos hablan de las redes sociales como un nuevo instrumento, uno más a añadir a los ya disponibles en selección (currículum, entrevista personal, etc.), para obtener información sobre el perfil profesional y personal de los candidatos que se postulan a ocupar un puesto vacante. Es decir, las redes sociales se utilizan como filtro después de recibir un currículum e incluso haber conocido a la persona en una entrevista personal para garantizar que realmente se trata de uno de los mejores candidatos para la organización.

A pesar de que los datos sobre uso de las redes se refieren en la mayoría de los casos al mercado estadounidense, todo apunta a que la tendencia en el español va en la misma línea. Por lo tanto, los candidatos deberían tomar buena nota de los resultados de las investigaciones y, en primer lugar, hacer una búsqueda de sí mismos en la red para valorar qué imagen ofrecen sus perfiles. Todos tenemos que tomar conciencia de que nuestra imagen en la red, tanto la que ofrecen los perfiles profesionales como los personales, va a ser una de nuestras primeras cartas de presentación cuando optemos a ocupar un puesto de trabajo y, por lo tanto, debe ser una imagen adecuada. Por ejemplo, en Facebook, las cuestiones más personales (fotos en la playa, comentarios muy afectuosos…) se deben compartir sólo con los contactos más cercanos. La premisa no es actuar con miedo, sino aplicar sentido común. Preséntate en las redes sociales como te gustaría que te vieran en la vida real y evita las situaciones y comportamientos que no mostrarías jamás en una entrevista con quienes tienen interés en contratarte.

GA